Música de Artur Fonseca (1912-1995)
Arreglo para SATB de Carlos Ruiz-de-Arcaute Rivero
Uma casa portuguesa (SATB)

Descripción:
Versión coral para SATB de esta alegre canción portuguesa con letra de Reinaldo Ferreira (1922-1959) y Vasco Matos Sequeira (1903-1973) y música de Artur Fonseca (1912-1995) en armonización de Carlos Ruiz-de-Arcaute Rivero.
La canción fue compuesta en 1951 y su primera intérprete fue Sara Chaves (San Antonio de Zaire -Soyo-, Angola, 1932). Un poco más tarde, en 1953, Amália Rodrigues (Lisboa, 1920-1999) la grabó en el disco “Amália no Olympia“, haciéndose mundialmente famosa desde entonces.
Autores: Artur Fonseca (1912-1995) – Armonización de Carlos Ruiz-de-Arcaute Rivero (1968)
Época: s.XX
Tipo: Música Coral Portuguesa
_________________________________

Carlos Botelho (Carlos António Teixeira Basto Nunes Botelho (Lisboa, 1899-1982)
Lisboa e o Tejo, Domingo (1935)
Texto
Uma casa portuguesa
Cançao (1951)
Letra de Reinaldo Ferreira (1922-1959) y Vasco Matos Sequeira (1903-1973)
Música de Artur Fonseca (1912-1995)
Numa casa portuguesa fica bem
pão e vinho sobre a mesa;
quando à porta humildemente bate alguém
senta-se à mesa co’a gente.
Fica bem essa franqueza, fica bem,
que o povo nunca desmente;
a alegria da pobreza
está nesta grande riqueza
de dar e ficar contente.
Quatro paredes caiadas,
um cheirinho a alecrim,
um cacho de uvas doiradas,
duas rosas num jardim,
um São José de azulejos
sob um sol da primavera,
uma promessa de beijos,
dois braços à minha espera…
É uma casa portuguesa, com certeza!
É, com certeza, uma casa portuguesa!
No conforto pobrezinho do meu lar
há fartura de carinho,
e a cortina da janela é o luar
mais o sol que gosta nela.
Basta pouco, poucochinho p’ra alegrar
uma existência singela,
é só amor, pão e vinho
e um caldo verde, verdinho,
a fumegar na tigela.
Traducción
En una casa portuguesa están bien
pan y vino sobre la mesa;
cuando a la puerta humildemente llama alguien
se sienta a la mesa con la gente.
Está bien esta confianza, está bien,
que el pueblo nunca niega;
la alegría de la pobreza
está en esta gran riqueza
de dar y sentirse contento.
Cuatro paredes encaladas,
un aroma a romero,
un racimo de uvas doradas,
dos rosas en un jardín,
un San José de azulejos
bajo un sol de primavera,
una promesa de besos,
dos brazos en mi espera…
¡Es una casa portuguesa, con certeza!
¡Con certeza es una casa portuguesa!
En la pobrecita comodidad de mi hogar
hay abundancia de cariño,
la cortina de la ventana y la luna
además del sol que te gusta.
Basta poco, poquito para alegrar
una existencia sencilla,
es sólo amor, pan y vino
y un caldito verde, verdecito,
humeante en el plato.