Música Coral Religiosa

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O que pola Virgen leixa

Cantiga de Santa María nº 125

Alfonso X el Sabio (1221-1284) - Arm. ?

Descripción:

Edición de esta Cantiga de Santa María nº 125 armonizada para coro femenino por un autor que desconozco. Se podría interpretar sin cambios para voces masculinas o incluso coro mixto a 3 voces.

Los textos han sido revisados según la web especializada en la Cantigas de Alfonso X:

http://www.cantigasdesantamaria.com

Hay que tener en cuenta que los textos de esta web mantienen la grafía original, y por tanto se utiliza la ~  como abreviatura de la N:

por ejemplo: jajũá-la = jajuná-la

Para la pronunciación lo mejor es dirigirse a una web especializada en la del gallego actual.

 

La edición, arreglo y revisión son de Carlos Ruiz-de-Arcaute Rivero (Vitoria-Gasteiz, 1968)

 


Autor: Alfonso X el Sabio (1221-1284) – Arm. ?


Época: Medieval – s.XX


Tipo: Vocal y coral

Cantiga de Santa María 330
Miniatura de una juglaresa con tarrañolas (tejoletas) acompañando a un juglar con oboe.

Texto

Como Santa María guardou un hóme que apedraron que non morresse atá que se mẽefestasse, porque jajũava as vigías das sas féstas.

O que pola Virgen leixa
o de que gran sabor há,
sempre aquí lle demóstra
o ben que pois lle fará.

E dest’ un mui gran miragre
vos contarei, que oí
dizer aos que o viron,
e o contaron assí
como vos éu contar quéro;
e, según com’ aprendí,
demostrou Santa María
ena térra que está

mui préto d’ ambo-los mares,
do gran que corr’ arredor
da térra e ar do outro
que é chamado Mẽor;
e mostrou Santa María,
Madre de Nóstro Sennor,
por un hóme. E quen esto
oír, sabor haverá

de jajũá-la sa fésta
de março, com’ este fez,
que a jajũou gran tempo.
Mas porque foi a Xerez
e a Sevilla quand’ éran
de mouros, mais dũa vez,
foi acusado e preso,
porque sen mandad’ alá

fora, e que o matassen
lógo, u non houvéss’ al,
e que foss’ apedreado
porque fezo feito tal.
E ferindo-o, chamava
a Reínna sperital,
dizendo: “Ai, Sennor, val-me,
ben como valiste ja

a aqueles que se fían
en ti mui de coraçôn,
e por aquesto non quéras
que moira sen confissôn,
ca éu sempr’ en ti fïando
receb’ aquesta paixôn.”
Entôn os que o matavan
disséron: “E que será

que por pédras que deitemos
nono podemos matar?”
Entôn o que llo mandava
mandou-lle ferir e dar
mui grande con un venabre
e depoi-lo degolar.
E non morreu por tod’ esto,
dizendo: “Por Déus, acá

un crérigo mi aduzede,
a que diga quanto fix
de mal, de que pẽedença
de méus pecados non prix.”
E pois ll’ esto feit’ houvéron,
diss’: “Amigo, sempr’ éu quix
servir a Santa María,
a que nunca falirá

nen fal aos que a sérven.”
E dizend’ esto, morreu;
e de como nós creemos,
Déus sa alma recebeu.
E des que foi mórto, lógo
a hóra embarveceu,
ca esse día rapara
sa barva en Alcalá

de Guadaíra; e jouve
un tempo, creede ben,
assí, que ave nen besta
dele non comiu per ren.
Esto fez Santa María,
a Sennor que nos mantên,
pola sa gran pïadade,
e sempre nos manterrá.

O que pola Virgen leixa
o de que gran sabor há,
sempre aquí lle demóstra
o ben que pois lle fará.

(Texto: http://www.cantigasdesantamaria.com)

Traducción

Cómo Santa María salvó a un hombre que fue apedreado para que no muriera hasta que se manifestase,
porque ayunaba las vigilias de sus fiestas.

El que por la Virgen LEIXA,
el de que gran motivo tiene,
siempre aquí le demuestra
el bien que después le hará.

Y de este muy gran milagro
os contaré que oí
decir a los que lo vieron
y lo contaron así
como contar os quiero,
y, según aprendí,
demostró Santa María
en la tierra que está

muy cerca de ambos mares,
donde el grande que corre alrededor
de la tierra y al lado del otro
que es llamado Menor;
y mostró a Santa María,
Madre de Nuestro Señor,
para un hombre. Y quien esto,
oiga motivo tendrá

que ayunar para la fiesta
de marzo, como éste hacía,
que ayunó durante mucho tiempo.
Mas porque fue a Jerez
y a Sevilla cuando eran
de moros, más de una vez
fue acusado y preso,
porque sin mandato allí

fuera, y que lo mataron,
luego, o no fuese allá,
y que fuera apedreado
porque hizo hecho tal.
E hiriéndolo, llamaba
a la Reina espiritual,
diciendo: “Ay, Señor, váleme,
como bien has valido ya

a aquellos que se fían
en ti muy de corazón,
y por esto no quieras
que muera sin confesión,
porque yo siempre en ti fiando
recibí esta pasión”.
Entonces los que lo mataban
dijeron: “¿Y qué será

que por piedras que ponemos
no lo podemos matar?”
Entonces el que mandaba
mandó herirlo y dar
fuerte con una lanza
y después degollarlo.
Y no murió por todo esto,
diciendo: “Por Dios, aquí

un sacerdote traedme,
que me diga cuánto hice
de mal, de qué penitencia
por mis pecados no pagué”.
Y cuando hubieron hecho esto,
dijo: “Amigo, siempre quise
servir a Santa María,
la que nunca fallará

ni falla a los que la sirven”.
Y diciendo esto, murió;
y según creemos,
Dios su alma recibió.
Y desde que fue muerto, luego
en una hora embarbeció,
porque aquel día se rapó
la barba en Alcalá

de Guadaíra; y joven
un tiempo, créelo bien,
así, que ni ave ni bestia
de él no se lo comieron nada.
Esto hizo Santa María,
la Señora que nos guarda
por su gran piedad,
y siempre nos guardará.

El que por la Virgen LEIXA,
el de que gran motivo tiene,
siempre aquí le demuestra
el bien que después le hará.